¿Cómo hacer un huerto?

Hacer un huerto en casa desde cero es una experiencia gratificante que amerita paciencia y mucho amor.

Existen varias claves vitales para obtener éxito en cultivos que podemos llevar a la mesa para alcanzar una nutrición saludable, la cual se enriquecerá con productos muy frescos, con sabores intensos que son extraídos de nuestro propio huerto.

Lo primero a tomar en cuenta es:

  • La exposición a la luz natural es primordial, así que toca escoger un lugar de cultivo idóneo.
  • Debe garantizarse suficiente riego, con un sistema que permita acceso a un suministro constante de agua.
  • Hay que seleccionar los cultivos que mejor se adapten a las condiciones climatológicas de la zona, cuáles son los ideales para empezar el huerto.
  • Hay que conocer cuáles son los amigos y enemigos naturales de un huerto, sin excepciones.

Entre los consejos fundamentales para que el huerto prospere tenemos los siguientes:

Exposición solar

El sustrato, el riego y la exposición a la luz son factores de éxito que se suman a la escogencia de un emplazamiento idóneo para que se desarrollen armoniosamente las semillas y platones seleccionados tras analizar las condiciones de clima predominantes en la región donde vivimos.

Muchas especies necesitan al menos de 6 horas continuas de buena luz natural. Por ejemplo, los tomates, las berenjenas y los pimientos requieren mucho sol, pero hay otras variedades vegetales que se desarrollan a plenitud con menos luz, tal y como sucede con las lechugas, la cebolla o el ajo.

Lugar de siembra

El sitio de ubicación del huerto en el jardín, pero al comienzo es prudente ir de menos a más, por lo que el espacio dependerá de nuestras expectativas. Un terreno fértil que sea expandible a mediano plazo, es lo más importante para ir adicionando cada vez especies que se lleven bien.

Lo ideal es comenzar con una mesa de cultivo, en cualquier espacio que reciba buena iluminación natural.

Riego

Es tan importante como la luz natural o el tipo de sustrato seleccionado para que los cultivos prosperen. Dependiendo de las dimensiones y características de las especies, hay que seleccionar un sistema de riego óptimo, que rendirá más si distribuimos o agrupamos los cultivos según la cantidad de riego que ameriten.

Selección de cultivos

Es indispensable elegir los cultivos ideales. No es prudente elegirlos caprichosamente, porque previamente debemos conocer qué demandas tiene cada especie, ya que unas son más delicadas que otras.

Para ello, hay que considerar también en cuál época del año es más recomendable sembrar hortalizas y verduras.

Una herramienta fabulosa de consulta de fácil acceso se encuentra la infografía en Sembrar100 que acompaña este texto, donde se ilustra cuándo y cuánto dura la época de siembra y cosecha de cultivos tales como: pimientos, berenjenas, tomates, cebollas, ajos, lechugas, patatas, entre otros, así como los requerimientos de luz y agua que tienen.

Por ejemplo, el ajo amerita mucho menos cantidad de agua que la zanahoria o la patata. Pero la zanahoria y la lechuga, aunque necesitan mucha agua distribuida racionalmente, exigen menos luz solar.

Asimismo, hay que conocer cuáles son las fechas idóneas de cultivos, si es que no queremos fracasar en la fase de siembra.

Amigos y enemigos del huerto

Así como es clave lidiar en forma correcta con factores tan importantes como luz, agua en riego, sustrato y clima, también es verdad que a medida que el huerto va creciendo, aparecen enemigos que pueden acabar con todo en un abrir y cerrar de ojos.

Un huerto biodiverso recibe la visita de indeseables tan peligrosos como recuentes: los pulgones, que pueden convertirse en toda una plaga.

Por eso es imprescindible conocer cuáles son los amigos naturales del huerto. Se trata de insectos y plantas que pueden ayudarnos a mantener a raya a ciertas plagas persistentes.

Por ejemplo, existen plantas que no solo espantan a los inquilinos destructores del huerto, sino que también atraen a insectos amigables que nos ayudan como las abejas polinizadoras o las mariquitas, quienes son hábiles devoradoras de pulgones.

Estas soluciones son preferibles al uso de insecticidas contaminantes de suelos y alimentos, porque lejos de beneficiarnos perjudican la salud de todos. Y si hay que usar alguna fórmula repelente, es preferible el empleo de insecticidas naturales. Son muy útiles el aceite de Neem, el jabona potásico y formulaciones a base de ajo. 

Pero también en la infografía de Siembra100 podemos conocer cuáles son las asociaciones más recomendadas en el huerto, a fin de que las plantas se desarrollen en armonía y sin competencias desleales por sustrato y otros elementos claves para un crecimiento saludable.

En el caso de la berenjena, se evidencia que esta versátil hortaliza hace buena liga con muchas especies como espinacas, coles, rábanos, ajos, cebollas y zanahorias, pero no se lleva bien con pepinos y cultivos de calabacín.

Los guisantes, por ejemplo, son todoterreno, no tienen contraindicación y pueden tolerar la cercanía con cualquier otro vegetal, salvo ajos y cebollas.

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