Contaminación lumínica: impacto ambiental y riesgos para la salud

La contaminación lumínica tiene graves consecuencias para nuestro medio ambiente, afectando también nuestra salud.

El alumbrado público, las luces domésticas y en los locales comerciales, la iluminación de los vehículos contribuye a crear una cúpula de contaminación lumínica llamada skyglow, según indican desde la Asociación Internacional del Cielo Oscuro, cuyos miembros cuentan con una formación acreditada a través de diplomas de ingeniería ambiental.

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¿Qué es la contaminación lumínica?

La contaminación lumínica o foto contaminación es la presencia de un exceso de luz artificial, siendo el resultado de la urbanización y la industrialización.

Es solo una de las muchas formas de contaminación en la Tierra, junto con los residuos plásticos, los gases que generan el efecto invernadero y el vertido incontrolado de aguas residuales.

Junto con el resplandor del cielo, la contaminación lumínica consiste en el deslumbramiento, la invasión de la luz y el desorden. El deslumbramiento se refiere a la luz que puede causar molestias visuales directas, mientras que la intrusión lumínica es la luz que se escapa de fuentes como las ventanas de los dormitorios. El desorden es el conjunto desmedido de luces.

La contaminación lumínica también puede verse amplificada por otros tipos de contaminación atmosférica, como el humo y el polvo. Esto se debe a que estos tipos de contaminación pueden dispersar la luz en diferentes direcciones y hacer que el cielo se ilumine aún más.

Efectos sobre la astronomía y la visión nocturna

Uno de los efectos inmediatos que tiene la contaminación lumínica en nuestro entorno es el de oscurecer nuestra visión del verdadero cielo nocturno, según el fabricante de telescopios Celestron.

En la ausencia de luz artificial, el cielo nocturno está colmado de cuerpos celestes, constelaciones y galaxias lejanas. Sin embargo, si mira desde el centro de una gran ciudad, no podrá ver muchos de estos elementos del cielo nocturno.

Según el medio de comunicación BBC, aproximadamente el 99% de los habitantes de América y Europa viven bajo cielos, que son casi un 10% más brillantes de lo que serían de manera natural.

A su vez, también quiere decir que una gran parte de la población no hace uso de toda la capacidad ocular. Si bien la retina del ojo humano es capaz de adaptarse a condiciones con poca iluminación, la realidad es que en algunos lugares esta función se ve mermada como consecuencia de determinados factores, como la contaminación lumínica. Por ejemplo, en Estados Unidos, el 37% de la población no utiliza su visión nocturna debido al exceso de luz artificial.

Riesgos para la salud

El uso excesivo de la luz artificial tiene muchas más implicaciones, como desajustar el ciclo natural del cuerpo humano.

Los ritmos circadianos son un conjunto de cambios fisiológicos y neurológicos que se producen en el cuerpo durante un periodo de 24 horas. En conjunto, también se conocen como nuestro reloj corporal y está relacionado con nuestro ciclo de sueño y vigilia.

Una vez que el sol se ha puesto y estamos expuestos a poca luz, nuestro cuerpo libera de forma natural una hormona llamada melatonina. La melatonina es segregada por la glándula pineal en el cerebro, su función principal es regular los ciclos de sueño.  Estudios científicos han concluido que los niveles más altos de producción son por la noche, exactamente en las primeras horas de la madrugada.

Ciertamente, la contaminación lumínica ha generado trastornos en el ciclo normal de la melatonina de los seres humanos, llevándolo a niveles muy bajos en su producción. Esto puede provocar trastornos del sueño y afectar al sistema inmunitario dando como respuesta el estrés. Además, se advierte que está contaminación está relacionada con el aumento del riesgo de tumores hormonales, como el de mama o el de próstata, según la revista Environmental Health Perspectives.

Implicaciones en el comportamiento de la fauna

Los depredadores nocturnos, como los murciélagos, son los más afectados. Estos mamíferos voladores están bien adaptados a la caza nocturna y evitan activamente las zonas iluminadas.

Por desgracia, sus presas, los insectos, se ven atraídos por las fuentes de luz, lo que hace que los murciélagos tengan terrenos de caza estériles. Además, si se colocan fuentes de luz artificial cerca del hábitat de los murciélagos, esto puede impedir que salgan de él, produciendo que puedan morir de hambre.

Al estudiar el ciclo reproductivo de algunos mamíferos, por ejemplo los ualabíes, los investigadores también han descubierto que los nacimientos se adelantaban semanas entre los animales que vivían cerca de una zona con contaminación lumínica respecto a los que vivían en zonas rurales.

El efecto en las tortugas recién nacidas, la presencia de luz artificial puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Cuando las crías de tortuga emergen en las playas de arena, su instinto natural es correr hacia el océano bañado por la luz de la luna. Sin embargo, las luces de las calles y los comercios de la costa pueden confundir a las crías y hacer que se desplacen hacia el interior, teniendo un final fatídico.

Conclusión

De todas las contaminaciones que genera el ser humano, la contaminación lumínica es la que menos atención recibe. Sin embargo, es uno de los problemas más frecuentes a los que se enfrentan los países desarrollados y en vías de desarrollo.

La contaminación lumínica supone algo más que la pérdida de la belleza natural del cielo nocturno, afectando a la ecología y a la salud humana. Desde 2020 se ha ido trabajando, por expertos mundiales, en reportar el primer informe sobre la regulación lumínica para la ONU.

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2013-11-12 15.37.15