Un entrenador personal y amante de la ecología, Adam Boesel, en 2007 planteó que sería interesante generar electricidad a través del ejercicio físico y llevarla a la red.
A través de esta iniciativa tan innovadora se creó los gimnasios “ The Green Microgym”, que apuestan por la sostenibilidad y por generar una huella de carbono que sea lo más pequeña posible.